Después de adentrarnos en el universo de Cristina Peña y su Casa Peña en nuestro post anterior, ha llegado el momento de desvelar el resultado de esta colaboración tan especial. Una colección que materializa historias y convierte la tradición en arte para vestir.
Como nos contó Cristina, su objetivo es resignificar las raíces. Y estos tres pañuelos son exactamente eso: tres lienzos que narran tres historias personales, tres mapas emocionales que conectan con la tierra, los recuerdos y el legado de su creadora.
Os presentamos, uno a uno, los tesoros que componen la primera colección de pañuelos de Casa Peña, materializada por Textilfy.
Pañuelo Viznaga
El primer diseño es un homenaje de Cristina a su tierra, a sus orígenes. Una pieza que huele a sal y a biznaga. En este caso, el diseño no necesita palabras; su historia se cuenta a través de la imagen. El protagonista es el azul intenso del mar Mediterráneo que bañó la infancia de la creadora, un color plasmado en una ilustración que imita con maestría los azulejos de una pared. Es como si Cristina hubiera arrancado un fragmento de una calle malagueña para que podamos llevarlo siempre con nosotros.
- Tejido: Twill Sintético no es casual: su caída elegante y brillo sutil son perfectos para realzar la intensidad de ese azul y capturar la luz, tal y como lo hace el mar.
Pañuelo de Despeñaperros para abajo
Esta pieza es el tributo de Casa Peña a Jaén, su hogar actual. El color no podía ser otro que el verde olivo, ese mar de olivos que define el paisaje jienense. El diseño está repleto de guiños a detalles de la riqueza de la provincia, pinturas rupestres y delicados motivos de su flora y fauna.
- Tejido: Gasa Poliéster. Comprendemos perfectamente su elección: su tejido vaporoso y transparente consigue que los motivos parezcan ecos del pasado, una historia susurrada en la brisa.
Pañuelo Me escoltan mis abuelas
Este es, quizás, el diseño más personal y emocionante de la colección. Es el amuleto de Cristina, su declaración de intenciones. La frase «me escoltan mis abuelas» preside un diseño que se inspira en la fuerza y la elegancia de un mantón de Manila, un símbolo de celebración y de poder femenino que le recuerda a ellas. Es una pieza pensada para abrazar, para sentir su protección.
- Tejido: Semiseda reciclada. Un tesoro así merecía un tejido a la altura, y su elección nos parece un acierto total. Su tacto es una caricia, su movimiento es espectacular y su origen sostenible es la forma perfecta de honrar un legado que mira hacia el futuro.
Esta colaboración es la prueba de que las mejores ideas nacen del respeto por el pasado y la pasión por el futuro. Te invitamos a descubrir cada detalle de esta colección y a llevar contigo un pedazo de la historia andaluza.
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